La armadura de Dios

De la misma forma que la mayoría de cristianos ignoran que Dios tiene un “marco legal” por medio del cual se maneja toda la creación y que es fundamental su comprensión (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/22/por-que-tanta-terminologia-legal/), muchos hermanos ignoran que la Biblia dice que estamos peleando una batalla.  Así es, pero no es una batalla física (contra “sangre y carne”), sino espiritual (contra “los poderes de las tinieblas”), los creyentes luchamos contra ángeles caídos llamados demonios (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/04/25/demonios-angeles-caidos/), dirigidos por el principal enemigo de Dios, satanás.  ¿Qué pueden hacer los cristianos para armarse contra estos ataques espirituales?  ¿Cómo puede un creyente luchar contra estos ataques espirituales?  ¿Qué dice la Biblia al respecto?

“Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza.  Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las intrigas del diablo; porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales.

Por esta causa, tomen toda la armadura de Dios para que puedan resistir en el día malo y, después de haberlo logrado todo, quedar firmes.  Permanezcan, pues, firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, vestidos con la coraza de justicia y calzados sus pies con la preparación para proclamar el evangelio de paz.  Y sobre todo, ármense con el escudo de la fe con que podrán apagar todos los dardos de fuego del maligno.  Tomen también el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios, orando en todo tiempo en el Espíritu con toda oración y ruego, vigilando con toda perseverancia y ruego por todos los santos.”  (Efesios 6:10-18)

Pablo, como judío, ciudadano romano y habiendo estado bajo arresto muchas veces por las autoridades romanas, estaba muy familiarizado con la vestimenta del soldado romano, y probablemente pensó que su armadura representaba la analogía perfecta para hacerle entender a los cristianos de la herramientas provistas por Dios en la lucha contra el enemigo invisible de las tinieblas.  ¿Pero exactamente cuál es la aplicación práctica de dicha armadura?  Vamos entonces a analizar detenidamente el pasaje para extraer la profundidad de la analogía.

1. EL CINTURÓN DE LA VERDAD

El “cinturón de la verdad” es lo que sujeta TODA la armadura, mantiene al creyente en la única verdad que hay en este mundo: Jesucristo es la verdad, el camino y la vida (Juan 14:6), podemos decirlo de esta manera: Jesús es la Palabra y la Palabra es Jesús:

“En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios.”  (Juan 1:1)

En aquellos días, los soldados romanos usaban algo que se llamaba cingulum o balteus, consistía en un cinturón de cuero con revestimiento de metal y correas colgantes con colgantes en el área de la ingle.  Se consideraba un símbolo de estatus, y era precisamente por lo que se podía reconocer que una persona era un soldado porque siempre lo usaría, incluso fuera de servicio.  Además, este cinturón brindaba cierta protección al área de la ingle, y mantenía la espada en su lugar, para un soldado romano, el cinturón y la espada operaban juntos.

Como podemos ver, el cinturón era más que un simple medio para mantener la ropa en su lugar, lo mismo es cierto para un soldado de Dios, que tiene el Espíritu Santo y Su espada (que es la Palabra de Dios).  Es por el Espíritu Santo, también llamado el Espíritu de la Verdad, que entendemos la Palabra de Dios, el mundo no puede abrocharse este cinturón porque no tienen la Verdad (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/12/14/la-importancia-de-la-verdad/), Jesús dijo:

Y cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad pues no hablará por sí solo sino que hablará todo lo que oiga y les hará saber las cosas que han de venir.  Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y les hará saber.”. (Juan 16:13-14)

Es por el Espíritu que vemos, oímos y comprendemos la Verdad de Dios.  Él también nos permite vivir por la verdad de la Palabra de Dios y glorificar a Dios.  No es casualidad que Pablo mencionara esta pieza de armadura en primer lugar, ya que representa el papel del Espíritu Santo, sin Él, no tendríamos armadura y definitivamente no estaríamos peleando con Jesús en Su ejército.  Entonces, asegurémonos de llevar el “cinturón de la verdad” bien puesto, porque nuestra victoria depende en gran medida de ello.

2. LA CORAZA DE JUSTICIA

El peto romano cubría el torso para proteger el corazón, los pulmones, la columna vertebral y el tejido blando del área del estómago.  Una flecha que atraviese estas áreas sensibles podría causar la muerte, entonces, cualquier armadura que se usara para proteger esas partes del cuerpo debía ser de un metal muy fuerte, y es por eso que usaban hierro.  Debido a que hemos sido justificados por la fe, ahora podemos tener paz con Dios y regocijarnos en Él por medio de Jesús (Romanos 5), es por eso que la coraza de Su justicia ahora trabaja para nosotros.  Estar revestidos de justicia significa que vivimos constantemente en ella, ya fuimos salvos y nos revestimos con la justicia de Cristo a través de Su sacrificio en la cruz.

“…porque todos los que fueron bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.”  (Galatas 3:27)

Si Dios permite que el enemigo nos ataque es con un propósito (ver ejemplos en Santiago 1, 1 Pedro 4, Apocalipsis 2:10), Él nos disciplina para que a través de esas experiencias desagradables o incluso dolorosas, seamos entrenados para ser más fuertes, más duros y, sobre todo, más santos, pero aunque suene raro, podemos tener paz que Dios no haría eso si no fuéramos Sus hijos (Hebreos 12:8).  La “coraza de justicia” es la justicia que proviene de nuestra fe en Cristo, es la justicia de Cristo que nos ha sido imputada a causa de Su justicia (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/23/salvados-pero-de-que/).

3. EL CALZADO DE LA PREPARACIÓN

Debido a que estamos usando el “cinturón de la verdad” y la “coraza de la justicia”, ahora también tenemos otra pieza de armadura: el “calzado de la preparación”.  En Efesios 6:15 Pablo dice: “y calzados sus pies con la preparación para proclamar el evangelio de paz”, o como dice en el griego original: “y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz”.  Podemos deducir de esta frase que el evangelio (las “buenas nuevas” de salvación por medio de Cristo) viene con dos cosas: la paz, que le es inherente, y la prontitud a proclamarlo, que es un resultado de él.  Y si sabemos lo que eso significa, sabemos lo que representan estos zapatos espirituales y lo que debemos hacer con ellos.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.”  (Filipenses 4:7)

Debemos dejar que esta paz gobierne en nuestros corazones (Colosenses 3:15), porque cuando la Paz gobierna en nuestros corazones, no tenemos que preocuparnos por nada.  Después de recibir la buena noticia, comienza la acción, Jesús dice que debemos permanecer vestidos para la acción y mantener nuestras lámparas encendidas (Lucas 12:35).  Este saber a dónde ir y qué hacer viene de seguir las instrucciones de nuestro Comandante, Él nos instruye principalmente a través de Su Palabra, pero también nos habla de muchas otras maneras.  Todo lo que tenemos que hacer es pedir (orar).

Y para andar el camino de nuestro Comandante, vamos a necesitar buenos zapatos que no nos permitan resbalar, que sean ligeros pero a la vez resistentes.  Los soldados romanos en esos días usaban sandalias ligeras, lo que les permitía moverse rápidamente de un lugar a otro sin que sus zapatos fueran una carga dolorosa o un riesgo de tropiezo.  Al igual que esas sandalias, el “calzado de la preparación de paz” no son una carga en absoluto, mientras que brindan un agarre firme y estabilidad.

4. EL ESCUDO DE LA FE

No hace falta recordarle a nadie que los dardos o las flechas en llamas son peligrosas, no solo perforan cualquier parte del cuerpo desprotegida, sino que luego de la perforación, te prenderán fuego por completo.  Y como leemos en el versículo, el diablo no se detendrá en disparar una flecha de vez en cuando, debemos llevar este escudo todo el tiempo y en todas partes para protegernos contra todas las flechas de fuego.  Nunca podemos bajar la guardia, ya que está buscando una oportunidad para sacarnos, 24 horas al día, 365 días al año.

¿Qué pasa si bajamos el escudo?  Pongámoslo de esta manera: sin fe, estamos muertos, el enemigo es más inteligente de lo que creemos, no es tonto y tiene miles de años de experiencia.  Las flechas no vendrán de un extraño al azar que acabamos de conocer, sino que pueden venir inesperadamente de un familiar cercano, un hermano de la iglesia en que confiamos o hasta del pastor.  De ahí la importancia que he querido enfatizar desde el inicio del blog que debemos conocer la Palabra de Dios SIN INTERMEDIARIOS (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/06/12/cual-es-el-proposito-de-congregarnos/), de lo contrario nos vamos a quemar con los dardos, aunque Dios no permitirá que fallezcamos por ellos.

La fe en Cristo sirve como un escudo que evitará que el ataque del enemigo te lastime, y la fe cuenta como justicia (Romanos 4) por lo que también fortalecerá la coraza.  Por eso debemos asegurarnos de que nuestra fe se mantenga firme, y este basada en la Verdad (que es Cristo), en la ROCA DE LA SALVACIÓN, no en religiones de hombres (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/01/16/quien-es-la-roca/ ).  Pero, ¿como tendremos Fe en Cristo si no lo conocemos, si no pasamos tiempo con Él?

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído?  ¿Y cómo creerán a aquel de quien no han oído?  ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?  ¿Y cómo predicarán sin que sean enviados?  Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio de las cosas buenas!  Pero no todos obedecieron el evangelio, porque Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?  Por esto, la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Cristo.”  (Romanos 10:14-17)

Una de las promesas de Dios a la que podemos aferrarnos fue escrita por el profeta Isaías, que se relaciona tanto con el “escudo de la fe” como con la próxima pieza de armadura.

Pero ahora, así ha dicho el SEÑOR, el que te creó, oh Jacob; el que te formó, oh Israel: “No temas, porque yo te he redimido.  Te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán.  Cuando andes por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará. Porque yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador.  A Egipto he entregado por tu rescate; a Etiopía y a Seba he dado por ti.”  (Isaías 43:1-3) 

En el mejor de los casos, la fe del mundo solo puede estar en su trabajo, en su cuenta bancaria, en sus acciones o sus fondos de jubilación, pero la fe que los creyentes tienen en Cristo es segura y eterna, y no puede ser tocada por polillas, óxido o descomposición, ¡está a salvo inclusive de los ladrones, de los políticos y de los banqueros deshonestos!

5. EL CASCO DE LA SALVACIÓN

Que Dios nos conceda la salvación es el acontecimiento más importante de nuestra vida, es un tratado con Dios, un pacto hecho posible por la sangre de Jesús, ¡todo sin merecerlo ni haber hecho nada para obtenerlo! (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/02/06/salvacion-por-gracia-solamente/).  En la analogía no se llama casco (o “yelmo”) sin razón, como sabemos, un casco protege la cabeza, donde se asienta el cerebro y se forman nuestros pensamientos.  Y todo el mundo sabe instintivamente lo importante que es proteger la cabeza cuando te atacan, ya que la gente se agacha y se cubre la cabeza automáticamente cuando alguien levanta la mano o un arma.  Bueno, levantar el brazo no va a impedir que el enemigo te elimine; necesitamos una cubierta espiritual para nuestra cabeza para poder resistir sus golpes.

También sabemos que nuestros pensamientos, sentimientos y acciones están interrelacionados, un pensamiento puede conducir a un sentimiento y un sentimiento a la acción, un sentimiento puede conducir a un pensamiento, y una acción a un sentimiento, etc., y así los tres se influencian entre sí.  Si uno de los tres no funciona como debería, afectará a los otros dos.  El diablo (que sólo vino a matar, robar y destruir), ya tiene el mundo en el bolsillo, así que él está más interesado en nosotros, pero Dios no te dejó impotente ante sus maquinaciones.  Con el “casco de la salvación”, llevamos la protección que necesitamos, estamos muertos al pecado y vivos para Dios, y por lo tanto podremos reconocer el pecado por lo que es.  No pertenecemos a este mundo muerto, por lo que todo lo que viene de él (disfrazado de “bueno”) nos huele a podrido.  Además, con dicho casco somos entrenados para oler el pecado desde una kilómetro de distancia, y sabemos que tenemos la herramienta para vencerlo.

“Sométanse, pues, a Dios.  Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.”  (Santiago 4:7)

El diablo pondrá pensamientos en nuestra mente que nos hará creer que no somos dignos, o que solo estamos jugando a ser cristianos pero que en realidad no lo somos, de ahí la importancia de conocer la Palabra de Dios, de entender por qué somos salvos, ¡y que nosotros no hicimos NADA para obtenerla! (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/12/26/te-cambio-mi-santidad-por-tus-pecados/).  El engaño siempre es la táctica de los enemigos y por qué es tan importante alejarse de las religiones.  Aquellos que no son de Cristo no pueden usar el “casco de la salvación”, y tristemente, ¡serán engañados!  No lo digo yo sino la Biblia, esto será especialmente notorio durante todo el periodo previo al regreso de Cristo, especialmente durante la “Gran Tribulación” (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/01/11/la-gran-tribulacion/).

6. LA ESPADA DEL ESPÍRITU

Interesantemente, la “espada del Espíritu” es la ÚNICA arma ofensiva que el cristiano tiene a su disposición para combatir al enemigo.  Jesús usó la Palabra de Dios para resistir y luchar contra el diablo en la tentación en el desierto.  En el capítulo 4 de Lucas, Jesús es tentado por el diablo, pero las tres veces Jesús le contestó “escrito está”.  La mejor defensa contra la tentación es una buena ofensa, y el arma ofensiva es la Espada del Espíritu (la Palabra de Dios). Poniéndolo de esta manera, si te metes en la Biblia, la Palabra de Dios entrará en ti, es extremadamente poderosa, es más cortante que cualquier espada de doble filo, ya que su Verdad atraviesa las intenciones y pensamientos pecaminosos.  Esta espada espiritual es lo que debemos usar para luchar contra nuestros propios pensamientos y deseos pecaminosos, pero también nos permite discernir las verdades de las mentiras cuando se nos presentan.

Muy a menudo los cristianos no usamos esta arma, lo que nos deja desarmados contra el enemigo, y un soldado desarmado es capturado o matado.  Los cristianos desarmados pueden dejarse influir por cualquier cosa que suene poderosa, convincente o reconfortante, no reconocen las palabras usadas por el Espíritu Santo para explicar que están a punto de caer en una trampa del enemigo.  Porque solo puedes distinguir entre tus propios pensamientos y los del Espíritu Santo cuando sabes lo que Él diría, y lo que Él dice está en la Biblia, ¡por eso debemos conocerla!

Pues ¿quién de los hombres conoce las cosas profundas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?  Así también, nadie ha conocido las cosas profundas de Dios, sino el Espíritu de Dios.” (1 Corintios 2:11)

Sólo el Espíritu Santo puede abrir nuestros ojos al verdadero significado detrás de las palabras de la Biblia.  Él le da vida a la Palabra de Dios, nos abre los ojos a lo que estuvo allí todo el tiempo, ¡Él abre un cofre del tesoro de sabiduría y belleza más allá de tu imaginación!

7. ORAR EN EL ESPIRITU

En esta parte final del versículo, Pablo nos enseña que cuando oremos, debemos aferrarnos a la promesa de salvación y a la Palabra de Dios.  Por ejemplo, si conocemos la Biblia, no oraremos por deseos egoístas, sino que oraremos con un corazón que quiere glorificar a Dios, queriendo poner a Jesús de primero en todo, demostrando amor por otras personas y descansando en saber que Dios es fiel.  Sabremos que estamos en buenas manos, y por lo tanto, oraremos sin tratar de decirle a Dios lo que debe hacer.

Cuando hablamos con Dios, no deberíamos estar simplemente rogando para que nos dé “cosas” (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/12/06/la-oracion-esa-gran-incomprendida/).  ¿Por qué no decirle que lo amamos y que estamos agradecido por lo que hizo por nosotros?  Los Salmos dan mucha inspiración para una vida de oración saludable. Habiendo dicho eso, Dios es un Padre verdaderamente bueno, por lo que realmente no puedes equivocarte, pero al igual que toda tu armadura se vuelve más fuerte con el tiempo, todos podemos mejorar en la oración, cuando crecemos para ser más como Él.

Él nos dice que debemos orar en cada estación, eso significa no solo cuando las cosas no van bien, porque es fácil recordar que entonces necesitas a Dios, sino también cuando van bien y tienes mucho que celebrar.  Si tu vida de oración solo consiste en suplicar por ti mismo y quizás por tu círculo íntimo, esto va a ser difícil, porque entonces no tendrás nada que decirle a Dios cuando las cosas vayan bien.  Orar en cada estación también significa en cada etapa de nuestro caminar con Dios, si sientes que tu relación con Dios se enfría como el invierno, debes orar.  Si tu relación con Dios se siente como primavera, debes orar.  Si estás sembrando semillas para el Reino de Dios, debes orar.  Si estás recogiendo la cosecha, debes orar.  Si estás disfrutando de la naturaleza bajo el sol, debes orar.  Si las lluvias inundan tu ciudad, debes orar.  Oremos en los buenos y malos momentos, y en cada estación intermedia.

Pero debemos orar siempre con la ayuda del Espíritu Santo, quien nos guía en lo que debemos orar.  Pablo no dice nada sobre la forma de la oración, el texto no dice que tenemos que orar en lenguas, o que debemos recitar cierta oración de cierta manera.  Simplemente dice que el Espíritu Santo debe ser nuestro Guía en TODO.  El Espíritu a veces nos impulsa a orar por alguien específico, o nos alimenta con la necesidad de estar a solas con Dios, o nos dice que pidamos perdón por cierto pecado, o nos llena de gozo y gratitud por Dios, y así mucho más.

Y asimismo, también el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades; porque no sabemos cómo debiéramos orar pero el Espíritu mismo intercede con gemidos indecibles.  Y el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios.”  (Romanos 8:26-27)

Este es un concepto similar a orar en el Nombre de Jesús, muchos de nosotros hemos olvidado lo que eso realmente significa. Significa que nuestras oraciones deben ser guiadas por la autoridad de Jesús, no por la nuestra.  Entonces, debo orar de acuerdo con Su carácter, Su amor, Su fidelidad, etc., ¿y quién puede hacer esto mejor que Su propio Espíritu?

(Basado en parte en https://www.whatchristianswanttoknow.com/spiritual-attacks-putting-on-the-armor-of-god/ y https://daniellebernice.com/articles/armor-of-god-belt-of-truth/)

2 comentarios en “La armadura de Dios

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