¡Busquen al Señor mientras puede ser hallado!

El libro del profeta Isaías es bien interesante, no sólo por la cantidad de historias y relatos que incluye, sino también por sus profecías sobre la (primera) venida del Señor, razón por la cual no es nada raro que sea considerado por muchos como el profeta más importante del Antiguo Testamento.  Por ejemplo, en Isaías 53 (el pasaje “prohibido” del judaísmo), el profeta describe con lujo de detalles cómo Nuestro Señor Jesucristo cargaría con la iniquidad de Su pueblo y sufriría por Él.

En el siguiente capítulo, Isaías predice la gloria venidera de Jerusalén y la restauración del pueblo de Dios, que conocería la “bondad eterna” y la compasión de Dios (Isaías 54:8).  Luego, en Isaías 55, el profeta extiende la invitación de Dios a participar libremente de las bendiciones prometidas (versículos 1-2) y experimentar el “pacto eterno” de Dios (versículo 3).  Esta promesa de restauración, perdón y bendición habría sido especialmente alentadora para la futura generación de judíos maltratados y magullados que regresaban de su exilio en Babilonia.  A través de Isaías, Dios compasivamente llamó al remanente sobreviviente de Israel a la renovación espiritual, y como parte de esa renovación, tendrían que abandonar completamente sus estilos de vida pecaminosos y regresar a Él para recibir el perdón que el Mesías hizo posible:

En dicho pasaje Isaías enfatizó la urgencia y seriedad del llamado de Dios.  El profeta Amós también comunicó el mismo sentido de urgencia, emitiendo repetidamente el llamamiento del Señor a buscarlo (Amós 5:4-7, 14-15), pero lo increíble es que nosotros (los “gentiles”) no estamos exentos de dicho llamado, sobre todo cuando entendemos que es esto es un tema de vida o muerte (eterna), ¡y que la oferta de la salvación (por Gracia) ES POR TIEMPO LIMITADO! (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/24/y-cual-es-la-oferta-por-tiempo-limitado/).

Esta invitación se repite en el Nuevo Testamento en la parábola del gran banquete (Lucas 14:12-24) y en la parábola de la fiesta de bodas (Mateo 22:1-14), pero con una “pequeña” diferencia.  Así como Isaías llamó al remanente a venir a la mesa del Señor para comer y beber (Isaías 55:1-2), Jesús instó a su audiencia principalmente judía a comer “en el reino de Dios” (Lucas 14:15), a través de las parábolas, Jesús explicó que los invitados rechazaron la oferta del Maestro y por lo tanto, se les cerró la puerta de la oportunidad.  Como los invitados originales se negaron a venir, todos “los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos” fueron invitados a venir a cenar (Lucas 14:21), exactamente como se había profetizado en el Libro de Proverbios, que ilustra cómo la paciencia de Dios con los necios (aquellos que se niegan a escuchar la voz de la Sabiduría) eventualmente se agota: 

Esos “pobres, mancos, ciegos y cojos” (originalmente rechazados del plan salvífico de Dios) ¡SOMOS NOSOTROS LOS GENTILES!  En vista del rechazo de Israel a Cristo fuimos incluidos en el Plan de Dios, ESE ERA EL GRAN MISTERIO REVELADO A PABLO, ¡LA BASE DEL “EVANGELIO DE LA GRACIA”! (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/02/06/salvacion-por-gracia-solamente/).

Cuando escuchamos la voz del Señor llamándonos a buscarlo e invitándonos a tener comunión en Su mesa, debemos responder de inmediato mientras aún haya tiempo, porque Dios dice “En tiempo favorable te escuché, y en el día de la salvación te socorrí.  ¡He aquí ahora el tiempo más favorable!  ¡He aquí ahora el día de salvación!” (2 Corintios 6:2).  Recordemos que la Biblia es clara al decir que ¡NO SE NOS PROMETE EL MAÑANA! (Proverbios 27:1; Lucas 12:16-21), por eso a lo largo de las Escrituras hay un énfasis en la temporalidad de la invitación, y de ahí la urgencia.  Como instó el salmista: “Por eso orará a ti todo fiel en el tiempo en que puedas ser hallado” (Salmo 32:6a), y Jesús también nos enseñó a mantenernos enfocados y buscar el Reino de Dios ANTES Y POR ENCIMA DE TODO lo demás.

Mientras todavía tenemos tiempo, y antes de que sea demasiado tarde para aceptar el regalo, debemos buscar al Señor.  Dios bondadosamente promete ser encontrado: “Pero cuando desde allí busques al SEÑOR tu Dios, lo hallarás, si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma” (Deuteronomio 4:29).  Una y otra vez a lo largo de la Biblia, Dios llama a su pueblo a arrepentirse, regresar a Él y buscar al Señor mientras pueda ser encontrado (Deuteronomio 30:2-3, Levítico 26:40-42, 2 Crónicas 15:4, Jeremías 29:13-14).

¿Y si no lo hacemos durante la presente “dispensación” de la Gracia?  Muy sencillo: para todos aquellos gentiles que todavía quieran obtener la vida eterna luego del “arrebatamiento de la iglesia” (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/01/09/el-arrebatamiento-de-la-iglesia/), les tocará LUCHAR por obtenerla (incluyendo morir como mártires), ¡luego de haber rechazado el regalo! (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/09/25/salvacion-para-los-que-se-quedan-en-el-rapto/).  Así que, si estás siendo llamado al banquete eterno, ¡HOY ES EL DÍA DE ACEPTAR LA INVITACIÓN!

(Basado en parte en https://www.gotquestions.org/seek-the-Lord-while-He-may-be-found.html)

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