¿Pecado mortal y pecado venial?

Debido a un tema personal estuve fuera de circulación por varias semanas, pero espero poco a poco ir retomando el ritmo de escribir sobre los temas que tanto nos apasionan a los hijos de Dios, a la luz de la Verdad revelada en la Biblia.  Este es el ejemplo perfecto, ya que el tema del pecado tal como lo enseña la Biblia es uno de los aspectos más importantes de entender en la vida del cristiano.  Las consecuencias de no tener una comprensión bíblica del pecado pueden ser devastadoras por encima de lo imaginable, podría inclusive llevarnos a una eternidad separados de Dios en el infierno, pero alabado sea el glorioso nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo que no tenemos por qué vivir en la ignorancia.  En Su Palabra, Dios ha mostrado claramente lo que es el pecado, cómo nos afecta personalmente y cómo debemos enfrentarlo.

La Iglesia Católica Romana divide el pecado en dos supuestas categorías: pecado “mortal” (“pecado que causa muerte espiritual”) y pecado “venial” (“pecado que puede ser perdonado”). Lamentablemente para los católicos (que en su inmensa mayoría no estudian y por ende desconocen la Palabra de Dios) esto es absolutamente falso, esa división NO EXISTE en la Biblia.  El diablo se ha encargado de enredar todo y torcer la Palabra de Dios para que el hombre no llegue al conocimiento de la verdad, y mucho de eso lo hace a través de la “religión” (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/12/12/el-peligro-de-la-religion/), que normalmente enseña que debemos “hacer cosas” para llegar a Dios (religiosidad), exactamente lo OPUESTO a lo que nos revela la Biblia durante la “era de la iglesia” (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2023/02/06/salvacion-por-gracia-solamente/).

Como lo mencioné anteriormente, según las enseñanzas de esta organización religiosa, el pecado mortal difiere del pecado venial en la gravedad que conlleva, supuestamente el primero “merece la muerte eterna” y el segundo únicamente un castigo temporal que se paga “con la confesión o con el fuego del purgatorio” (tema que hablaremos en una futura entrada).  Para decirlo con total claridad, estos conceptos son simplemente HEREJÍAS, absolutos disparates a la luz de la Palabra de Dios, tonterías sin sentido bíblico de ningún tipo.

Y para que nadie diga que yo me lo inventé, en el catecismo de la Iglesia Católica se encuentra esta descripción del pecado mortal: “Para que un pecado sea mortal, deben cumplirse simultáneamente tres condiciones: Pecado mortal es aquel cuyo objetivo es un asunto grave y que, además, se comete con pleno conocimiento y deliberado consentimiento«.  De acuerdo con el Catecismo, «el asunto grave se especifica en los Diez Mandamientos”, y afirma además que “produce la pérdida del amor y la privación de la gracia de santificación, es decir, del estado de gracia.  Si no se redime el pecado mortal mediante el arrepentimiento y el perdón de Dios, provoca la exclusión del reino de Cristo y la muerte eterna del infierno”.

En cuanto al pecado venial, el catecismo afirma lo siguiente: “Se comete pecado venial cuando, en un asunto menos grave, no se observa la norma prescrita por la ley moral, o cuando se desobedece a la ley moral en un asunto grave, pero sin total conocimiento o sin pleno acuerdo.  El pecado venial debilita la caridad; manifiesta un afecto desordenado por los bienes de la creación; impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y en la práctica del bien moral; merece pena temporal.  El pecado venial intencionado y sin arrepentimiento nos predispone poco a poco a cometer el pecado mortal.  Sin embargo, el pecado venial no nos pone en oposición directa con la voluntad y la amistad de Dios; no rompe la alianza con Dios.  Con la gracia de Dios es un pecado humanamente reparable.  El pecado venial no priva al pecador de la gracia de la santificación, de la amistad con Dios, del amor y, por consiguiente, del gozo eterno”.

En pocas palabras, el “pecado mortal” es una supuesta violación intencional de los Diez Mandamientos (de pensamiento, palabra u obra), que se comete con pleno conocimiento de la gravedad del asunto, y tiene como consecuencia la pérdida de la salvación.  La salvación se puede recuperar mediante el arrepentimiento y el perdón de Dios.  El pecado venial puede ser una violación de los Diez Mandamientos o un pecado de naturaleza menor, pero se comete sin intención y/o sin pleno consentimiento.  Aunque perjudica la relación con Dios, el pecado venial no implica que se pierda la vida eterna.  Perdón por lo que voy a decir, pero QUÉ POCO DE IDIOTECES, increíble que haya gente bien intencionada que crea estas barrabasadas religiosas, ¡con lo fácil que es en estos tiempos tener acceso a la VERDAD DE DIOS revelada al hombre!

Sin entrar nuevamente en todo el tema de que nosotros no estamos bajo la Ley (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/19/el-evangelio-del-reino-vs-el-evangelio-de-la-gracia/), estos conceptos inventados de “pecado mortal” y “pecado venial” presentan una imagen antibíblica de cómo Dios ve el pecado.  La Biblia afirma que Dios será justo e imparcial a la hora de castigar el pecado, y si bien en el día del Juicio Final algunos pecados merecerán mayor castigo que otros (Mateo 11:22-24, Lucas 10:12-14), TODOS los pecados recibirán el castigo de Dios, la clave esta en identificar QUIÉN recibirá (¡o mejor dicho recibió!) dicho castigo. La Biblia enseña que todos pecamos (Romanos 3:23) y que la justa compensación por el pecado es la muerte eterna (Romanos 6:23).  Más allá de los conceptos de pecado mortal y venial, la Biblia NO afirma que algunos pecados merezcan la muerte eterna mientras que otros no.  En realidad (bíblicamente hablando), es correcto decir que TODOS LOS PECADOS SON “MORTALES”, ya que un sólo pecado hace que el culpable merezca la separación eterna de Dios (la diferencia está en la consecuencia terrenal de cada uno, todo un tema para otro día).  El Apóstol Santiago explica este hecho en su carta:

Notemos el uso que hace de la palabra “tropieza”, significa equivocarse o caer en el error.  Santiago está pintando un cuadro de una persona que está tratando de hacer lo correcto y, sin embargo, tal vez sin querer, comete un pecado.  ¿Cuál es la consecuencia? Dios, a través de su siervo Santiago (el medio hermano de Jesús), afirma que cuando una persona comete un pecado, aunque sea involuntario, es culpable de quebrantar TODA la Ley y por ende merece la muerte.  Una buena ilustración de este hecho es imaginarse una ventana grande y entender que esa ventana es la Ley de Dios.  No importa si una persona lanza una piedrita muy pequeña a través de la ventana o varias piedras grandes, el resultado es el mismo: la ventana se rompe.  De la misma manera, no importa si una persona comete un pecado pequeño o varios pecados grandes, el resultado es el mismo: la persona es culpable de quebrantar la Ley de Dios y Dios mismo declara que no dejará impune al culpable (Nahum 1:3).

Además (y todavía más grave), estos conceptos invalidan o diluyen la obra de Cristo en la cruz.  En ambos casos de pecado mortal y venial, el perdón de la transgresión depende de que el ofensor “haga” algún tipo de restitución, esta restitución puede consistir en confesarse, hacer una oración determinada, recibir la “eucaristía” u otro ritual similar.  La idea básica es que para que el perdón de Cristo se aplique al infractor, éste debe realizar alguna obra, y entonces se concede el perdón.  El pago y el perdón de la transgresión dependen de las acciones del ofensor.  ¿Es esto lo que la Biblia enseña con respecto al pago por el pecado?  La Biblia enseña claramente que el pago por el pecado no se encuentra ni se basa en las acciones del pecador. Considere las palabras del apóstol Pedro:

Este pasaje enseña que para la persona que cree en la persona y la obra de Jesucristo, TODOS sus pecados han sido resueltos en la cruz, precisamente para eso murió Cristo, ¡ESTA ES LA BASE DE LA DOCTRINA CRISTIANA!  Esto incluye los pecados que el creyente cometió antes de la salvación, los que comete en el presente y los que cometerá después de la salvación.  Pablo, el apóstol de los gentiles, escribió abundantemente sobre el tema:

Cuando Jesús en la cruz, dijo: “consumado es” (Juan 19:30), estaba afirmando que había cumplido TODO lo necesario para conceder el perdón y la vida eterna a los que creyeran en Él.  Por eso Jesús dice en Juan 3:18 que “el que cree en Él no es condenado”.  Pablo refuerza este hecho en su magistral carta a la iglesia de Roma:

Como decía un antiguo maestro de Biblia que yo tuve, “ninguna es NINGUNA”.  Pero, ¿por qué los creyentes ya no son juzgados?  ¿Por qué es que ya no hay condenación para los que están en Cristo Jesús?  Diay, porque la muerte de Cristo satisfizo la justa ira de Dios contra el pecado (1 Juan 4), ¡y ahora los que confían en Cristo estamos liberados de la pena de nuestros pecado!

Mientras que los conceptos de pecado mortal y venial ponen en manos del infractor la responsabilidad de obtener el perdón de Dios por una determinada transgresión, la Biblia enseña que en la cruz de Cristo se perdonaron TODOS los pecados del creyente.  Si bien la Biblia enseña que cuando un cristiano se involucra en el pecado puede cosechar consecuencias temporales, físicas, emocionales, mentales y/o espirituales (Gálatas 6:7-8), el creyente NUNCA tiene que volver a obtener el perdón de Dios debido al pecado personal, porque la Palabra de Dios declara que la ira de Dios hacia el pecado del creyente fue satisfecha completamente en la cruz.

Por último, estos conceptos presentan una imagen antibíblica del trato que Dios tiene con Sus hijos.  Claramente, según el Catolicismo Romano, una de las consecuencias de cometer un pecado mortal es que le quita la vida eterna al ofensor, y según también este concepto, Dios concederá de nuevo la vida eterna mediante el arrepentimiento y las buenas obras, algo así como un juego de dar y quitar, dar y quitar, dar y quitar…. ¿Acaso la Biblia enseña que una persona verdaderamente salva por Dios a través de Cristo puede perder su salvación y recuperarla? Evidentemente no lo enseña, una vez que una persona ha puesto su fe en Cristo para perdón de pecados y vida eterna, la Biblia enseña que esa persona está eternamente segura, NO PUEDE PERDERSE, el mismo Jesús lo confirmo: 

Pensemos también en las palabras de Pablo:

Wow, ¡qué bendición! Reflexionando sobre el hecho de la total satisfacción de la ira de Dios hacia nuestro pecado en la muerte de Cristo, ¡ni siquiera nuestros pecados no pueden separarnos del amor de Dios!  En amor, Dios decide tomar la muerte de Cristo como pago por los pecados de los creyentes y no los tiene en cuenta contra el creyente.  Así, cuando el creyente comete un pecado, el perdón de Dios en Cristo ya está presente y, aunque el creyente pueda experimentar consecuencias (terrenales) de su propio pecado, el amor y el perdón de Dios nunca están en peligro.

En Romanos 7:14-25, Pablo afirma claramente que el creyente luchará con el pecado durante toda su existencia terrenal, pero que Cristo nos salvará de este cuerpo de muerte, y por tanto, «ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús» (Romanos 8:1).  Mientras que el concepto de “pecado mortal” enseña que una persona puede perder su salvación a través del pecado personal, la Biblia enseña que el amor y el favor de Dios nunca se apartarán de Sus hijos.  Sin embargo, algunos afirman que 1 Juan 5 es una prueba del concepto de pecado mortal y venial, este pasaje dice:

Consideramos que la «muerte» que se menciona aquí es la muerte física, NO la muerte eterna en el infierno.  Cuando un creyente continua viviendo en pecado, eventualmente llegará al punto en que Dios decida removerlo de este mundo (por amor).  Dios a veces purifica Su iglesia removiendo a aquellos que obstinadamente lo desobedecen. El “pecado que lleva a la muerte” no resulta en la pérdida de la salvación, sino en la pérdida de la vida terrenal (ver 1 Corintios 11:30).

La Gracia de Dios no sólo redime al creyente de toda acción contraria a la Ley, sino que también lo guía a una vida santa y agradable a Dios. Esto no significa que el creyente nunca peque, sino que (en términos generales) su meta será honrar a Dios debido a la Gracia de Dios obrando en la vida del creyente.  El perdón y la santidad son dos lados de la misma moneda de la Gracia de Dios, van juntos.  Aunque todos los creyentes tropezamos y caemos en pecado (quizás hasta de una manera muy grave), el camino principal y la dirección de nuestra vida es de santidad (ver entrada https://ofertaportiempolimitadoorg.wordpress.com/2022/11/23/santos-perfectos/), pero no por requisito de salvación, sino POR PURO AGRADECIMIENTO.  Si uno sigue los conceptos de pecado mortal y venial, puede ser engañado a ver el pecado con una actitud frívola, pensando que se puede pecar a voluntad y simplemente buscar el perdón de Dios en un momento determinado según su deseo personal.  La Biblia nos enseña que el creyente nunca verá el pecado con ligereza y se esforzará, en la fortaleza de la Gracia de Dios, por vivir una vida “santa” (apartada).

Basándonos en esta verdad bíblica, es claro que los conceptos de pecado mortal y venial NO SON BÍBLICOS, estos conceptos no son propios del verdadero Cristianismo y por ende deberíamos rechazarlos como mentiras del enemigo.  En la muerte, sepultura y resurrección de Cristo, el problema de nuestro pecado está completamente resuelto (subrayado y en negrita), y no necesitamos mirar más allá de esa asombrosa demostración del amor de Dios por nosotros, ¡nuestro perdón y nuestra buena relación con Dios NO dependen de nosotros ni de nuestra fidelidad!  El creyente debe fijar sus ojos en Jesús y vivir a la luz de todo lo que Él hizo por nosotros, Su amor y Su gracia de Dios es verdaderamente asombrosos y esto debería generarnos un inmenso agradecimiento. Por lo tanto, vivamos a la luz de la libertad y la vida que tenemos en Cristo, así como por el poder del Espíritu Santo que nos dio la capacidad de ser victoriosos sobre todo pecado, sin importar que sea “mortal”, “venial”, intencional o no intencional.

(Basado en parte en https://www.gotquestions.org/Espanol/pecado-mortal-venial.html)

Un comentario en “¿Pecado mortal y pecado venial?

  1. Pingback: Juzgar o no juzgar… – ofertaportiempolimitado.org

Deja un comentario